El espacio del bosque es también un tiempo donde aprender a compartir. Desde principios de curso, las niñas y los niños empezaron a construir cabañas en el bosque y, con la primavera, han empezado a hacer pequeños huertos de manera espontánea sembrando semillas que llevaban de casa: ajo, semillas de manzana, cebollas, …. Aprovechando estas ganas de cultivar, durante el Proyecto Bosque se ha ideado un espacio de huerto y jardín compartido donde todos puedan hacer crecer desde semillas llevadas de casa a pequeñas plantas. La idea es que pasen de este concepto más privado a lo comunitario y compartido. Así, durante la última jornada, se sembró borraja, Caléndula Oficialis y semillas de calabaza. La idea no es tener un huerto de donde sacar verduras comestibles sino un lugar donde aprender a cuidar de las plantas que servirán más tarde como materia orgánica para enriquecer la tierra, donde puedan trabajar de manera cooperativa y generar un hábito entre ellos para aprender a gestionar el uso comunitario del espacio.